EL MILAGRO DE NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO EN HIROSHIMA

 


Por Lic. Martha A. Tenorio Azaña


Este 6 de Agosto se conmemoró el 75 aniversario del ataque con bomba a la ciudad de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Es en esta fecha que la Iglesia Católica recuerda un acontecimiento que ha sido documentado por historiadores y médicos que es conocido como el Milagro de Hiroshima.


DISTANCIA ENTRE LA ZONA DE EXPLOSIÓN ATÓMICA Y LOS SACERDOTES EN LA CASA PARROQUIAL

 

El 6 de agosto de 1945, fiesta de la Transfiguración, ocho sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron al impacto de la bomba nuclear, que cobró 150,000 vidas humanas.

 

P. HUGO LASALLE, S.J. - P. WILHELM KLEINSORGE, S.J. - P. HUBERT CIESLIK, S.J. -  P. HUBERT SCHIFFER, S.J.

 

Los sacerdotes jesuitas más jóvenes fueron : Hugo Lassalle, superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik, quienes se encontraban en la Casa Parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que fue uno de los pocos edificios que resistió a la bomba. En el momento de la explosión, uno de los sacerdotes estaba haciendo Misa y el resto estaba en la Casa. De pronto sintieron el resplandor, luego el estallido y a continuación destrucción.  El P. Hubert Cieslik, escribió en su diario que sólo sufrieron pequeñas lesiones por los cristales rotos de las ventanas, debido a la onda expansiva de la explosión.

Los médicos que los atendieron tiempo después les advirtieron que debido a la radiación nuclear recibida, les produciría lesiones graves, enfermedades y posiblemente una temprana muerte. Pero ésto no sucedió.

En 1976, el P. Schiffer asistió al Congreso Eucarístico celebrado en Filadelfia, en EE.UU y relató su testimonio durante la explosión y confirmó que los jesuitas que se encontraban en la Casa siguen vivos y no sufren de ninguna dolencia.

Durante el transcurso de las décadas estos sacerdotes han sido examinados por médicos como unas 200 veces y no se ha hallado ningún rastro de radiación en sus cuerpos.

Cuando se les preguntó a los religiosos a que se debe que no les haya sucedido nada a pesar de haberse encontrado cerca de la zona cero del impacto nuclear, respondieron que habían gozado de la protección de Dios y de la intercesión de la Santísima Virgen, señalando que : “Vivíamos el mensaje de Fátima y rezábamos juntos el Rosario todos los días”.

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