ISLAMIZACIÓN EN LATINOAMERICA : EL PROCESO HA COMENZADO



 LAS "TURCOLLORONAS" : UN PELIGROSO FENÓMENO EN LOS MEDIOS 

       El día viernes fui a visitar a mi prima respondiendo a su cordial invitación a tomar un lonche familiar, ella que no dejaba de tener encendido el televisor, llegó un momento en que manifestó en sobresaltó: ¡Ya va empezar mi telenovela favorita! Empecé entonces a observar a los actores que tenían pinta de buena presencia aunque nada latina, y entonces le pregunté acerca de la novela que tampoco parecía brasilera, ella entonces toda emocionada me dijo que se trataba de una novela turca.   Las novelas turcas han ingresado a la pantalla de nuestro país desde mediados del año pasado causando gran sensación y conmoción  con la primera que se televisó, que sino me equivoco tenía el nombre de un famoso cuento persa “Las mil y una noches”,  al punto de escuchar en todo lugar donde iba los comentarios más que agradables, hasta hiperbólicos, diría yo, de esa primera novela; entonces pude percibir que ésto se trataba ya de un fenómeno televisivo que estaba arrastrando a mucha gente a un estado de fanatismo colectivo, al punto que en hospitales y clínicas se escuchaba de bebés recién nacidos inscritos con nombres de los protagonistas, y algunos ni siquiera bien transcritos.

      ¿Cuál era el atractivo de esas novelas turcas que han llegado luego de la primera, una tras otra, o alternadas y ya han invadido todos los canales del país? Puede que uno de los motivos tenga que ver con la novedad. Ya sucedió eso con las telenovelas brasileras, especialmente cuando llegó en 1980, la primera titulada “Isaura la esclava”, donde por primera vez versaba sobre un tema no visto hasta entonces como era la trata de esclavos, la cual además de presentar una impecable producción, fotografía y actuación, se ganó la audiencia inmediatamente, por lo que desde allí las novelas brasileras han ocupado buen rating televisivo.  Ese motivo podría estar justificado, pues las novelas que monopolizaban la audiencia eran solamente mejicanas y venezolanas, cuyos argumentos ya carecían de imaginación y prácticamente eran repetitivos con títulos cambiados únicamente, por lo cual tuvo su oportunidad Brasil de ingresar a un mercado distinto mostrando un nuevo producto que rompía los esquemas conocidos.  

       No obstante, las novelas turcas no rompen ningún esquema, se puede más bien decir que sus argumentos son temas retrógrados que el mundo occidental ya lo ha superado; y aunque el tema machista por ahí siempre escapa especialmente en Latinoamérica, no llega al tono dramático de esos países en que el islamismo es parte de la política y cultura de esa sociedad; es más, en nuestros países católicos es fuertemente sancionada cualquier violencia contra la mujer o cualquier tipo de coacción a su voluntad; por eso la mujer latina estudia, trabaja, es profesional, sus roles en el hogar son como la del varón, su situación ciudadana igualmente; pero entonces ¿qué nos ofrece el tema turco? Una mujer subyugada, atemorizada por el influjo machista, limitada en muchísimos aspectos y sufrida hasta las lágrimas que se dan eso sí a granel (de ahí que las denomino "turcolloronas").  Ya en el informe 2014 del Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (Obitel), manifiesta que : “las telenovelas turcas manejan un espacio cultural tradicional (...) con una estructura patriarcal en la que la mujer es vista desde un rol maternal y como objeto de la violencia masculina. Ese papel de la mujer ha resultado polémico para parte de las audiencias occidentales, más acostumbradas a personajes femeninos fuera de ese encasillado rol”

     No obstante ¿Por qué la gente gusta ver conflictos y sufrimientos que rayan hasta en lo ridículo?  Como en el capítulo que vi esa tarde en la casa de mi prima, respecto a un padre de familia que golpea a su hija (protagonista de la novela) rompiéndole el labio, por haber salido en la página social de un diario dando un abrazo a un joven millonario, y a consecuencia de eso le prohíbe ir a estudiar y pretende obligarla a casarse con un vecino pobre como ellos, ante la impasividad del resto de su familia y el temor y sufrimiento  de la madre. Cabe añadir que la trama de la misma es toda una “tragedia griega” : la hija oculta su posición económica ante los demás, como si se tratara de un oscuro secreto, de ahí el título de esa novela : "El secreto de Feriha".   Realmente en este tiempo y para nuestra sociedad es ridículo; es más, cualquier familia estaría notablemente orgullosa de que su hija saliera en las página sociales y más en compañía de un millonario; estoy segura que continuarían alentando la oportunidad de que la hija pudiera hasta casarse con el joven. Además el tema de la apariencia social, no es un drama, en todas las novelas el rico se fija en una chica pobre, y si surge una apariencia por parte de uno de ellos, pues es solucionable y no es nada especial.  Pero para esta novela la situación es deshonrosa, abominable.... Lo normal es que no existe drama en ese tipo de cosas en un país superado en cultura y libre, donde la mujer ya ha ganado un espacio muy respetable; pero en las "turcolloronas", no; emboban a la audiencia con costumbrismos que no tienen que ver con nuestra cultura, los emboban haciéndoles asimilar algo nocivo y humillante, viendo mujeres tratadas como objetos y generando conflictos trágicos de cosas simples.

      Poner todo un veneno social en un paquete bonito y arreglado es el éxito del márketing del broadcasting, y aquí viene la situación : actores sexys y guapos,  tanto varones y mujeres, con un tipo racial distinto a los conocidos,  es como se cierne con éxito estos productos; o sea : con sexo y vanidad, todo se consume bien; las mujeres deseando consciente o inconsciente a los galanes de novela, y comparándose con la belleza de las actrices, que si bien pueden parecerles mejores en belleza, sin embargo son maltratadas por el varón y limitadas en todo; y eso ya hace sentir bien psicológicamente hablando, a la audiencia femenina; pero también el efecto en varones que ven la novela, es afirmarles su machismo y ver las “bondades” que pueden deparar de ser parte de una sociedad en que les otorgue todo el poder social.

      ¿Son peligrosas sus consecuencias? Claro que sí, ahora no se hace notorio, pero en un futuro más o menos breve y con tanta cultura musulmana que están dando a asimilar a la gente a través de estos productos televisivos, puede tornarse en una posibilidad grande de revertirse todo lo ganado en derechos, hacia un retroceso en nuestra cultura social.  ¿Es que no se dan cuenta que es la estrategia del islam para entrar con más facilidad en los países occidentales? Conquistarlos con pequeñas cosas atractivas para luego tiranizar a la sociedad futura.  El siniestro proyecto islámico de dominar el mundo emergió con gran fuerza hace 400 años, cuando quisieron conquistar Europa en forma bélica, pero gracias a una Batalla naval en el Golfo de Lepanto, donde la milagrosa intervención irrefutable de Nuestra Señora del Santo Rosario, logró detener el ingreso de la inmensa flota de turcos musulmanes que deseaban arrasar con el cristianismo.  Hoy su táctica es pacífica pero igualmente arrasadora : destruir el cristianismo, sin gastar armas, y lo hará desde los propios hogares, utilizando los medios televisivos, con una audiencia que aceptará la invasión y nueva estructura social sin oponer resistencia, sino voluntariamente y con gran anhelo.  Y esto ¿podrá detenerse? Sí, aun es el momento de poder impedir que esta hipnosis colectiva continúe, :  retirando esas novelas de los medios y dándose cuenta a qué intereses están sirviendo y hacia donde apuntan.  


 Deum Mariae

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