“BÉSAME MÁS , NO SABEMOS HASTA CUÁNDO SERÁ” : EL CONCEPTO DE AMOR DE LA JUVENTUD ACTUAL
Hace unas semanas atrás vi un video musical de dos conocidos artistas juveniles
de un popular programa de TV, cuyo tema
se titula “Tal para cual”, y me llamó la atención no solamente por parecer un
ritmo pegajoso, sino al escuchar detenidamente la letra, pude darme cuenta que
hablaba de la relación de dos jóvenes que “se lían”, y cuidado que no digo que
se enamoran, porque en ningún momento lo dicen, hablan de “querer contigo” y
“no le importa ni su pasado, ni lo que diga la gente, ni se meten en cien líos”,
solo saben decirse el uno al otro “ soy tu presente, y son tal para cual,” pero lo más importante hay una frase que
define su sentir : “bésame más, no
sabemos hasta cuándo será….”
Esa frase encierra la esencia de esa
relación, y es que los jóvenes les gusta vivir el momento, así peligrosamente
hacen de su relación amorosa una
circunstancia solamente del presente, no tienen objetivos mucho menos metas,
es más, se gustan porque se convienen uno a otro, pero viven el sexo plenamente; así lo manifiesta también la letra cuando uno le
dice al otro más o menos así : "me encanta despertar contigo
todos los días, me encanta el beso de la mañana, me encanta porque la paso bien contigo, hasta
me casaría contigo". Sin embargo en las condiciones dadas, un
matrimonio sería un fracaso total, porque en la vida real, la vida matrimonial
tiene más inconvenientes que son propios del día a día en la vida común, lo que
significa que se necesita mucho amor entre dos para lidiar con el carácter
propio de cada uno y saber cómo conciliar los defectos y virtudes de éstos, sumado
a la confrontación de las duras situaciones de la vida. Si la relación está basada en recibir solamente
lo bueno del otro especialmente el sexo,
entonces pronto se convertirá en un infierno el estar juntos, pues los defectos del otro parecerán tolerables en un principio, pero a medida que pasa el
tiempo y deben enfrentar problemas, los
defectos del otro se verán más incrementados o magnificados, generándose los
pleitos constantes a tal punto que ya no
soportarán ni siquiera tener sexo, con lo cual ya se dará por concluida la
relación.
Lamentablemente, los amores juveniles
son pasajeras, sin compromisos, sin
verdadera comprensión, mejor dicho sin
auténtico amor; solamente ilusionismo,
banalidad, todo ello propio de la inmadurez; no obstante hay un mayor problema
: las relaciones sexuales pre matrimoniales, que además de las consecuencias de
aparición de hijos que muchas veces son
abandonados por el padre, también hará suscitar un mal en el espíritu de ambos que fueron
pareja : un vacío existencial ante el
trauma del fracaso o del abandono, lo
cual tratarán de cubrirlo consiguiendo otra pareja de turno, pero… ¿qué resultará?
Hablando con crudeza se puede decir, una muchacha que se acostumbrará ir de cama en cama con cada novio que tenga, en el anhelo de creer encontrar en cada uno al
hombre correcto; y por otro lado un hombre que se convierte en
una suerte de don Juan, que no sienta cabeza
con ninguna mujer, y sembrando hijos
por doquier, es decir en síntesis, unos
sin proponérselo u otros sin interesarle, se irán volviendo promiscuos.
Así se demuestra que la vida amorosa
de los jóvenes de hoy está en torno de la práctica sexual, pero una relación efímera y egoísta sin pensar en matrimonio ni hijos, sino que prefieren
vivir juntos sin preocuparse de conocerse siquiera bien, porque únicamente les importa es vivir el presente no interesándole si su relación llegue a
acabarse cuando se cansen el uno del
otro o cuando ya no se satisfagan o no se necesiten. Esta ideología actual es una forma práctica
de ir destruyendo la institucionalidad de la familia, porque ya no existe
estabilidad en la pareja y con ello abundan
cada vez más, hogares disfuncionales : madres solteras con hijos no deseados pero que llegaron o que los tienen de diferentes parejas, niños que ahora sufren el abandono a su destino
mientras ellas deban trabajar, o con suerte son criados por otro miembro de la
familia. Pero ya sea uno u otro caso, la
ausencia de los padres siempre será perturbadora para éstos, afectando su forma
de ver la vida o su comportamiento.
Hace falta promover las virtudes y
los valores en los niños y adolescentes, para que aprendan a apreciar posteriormente lo que es la relación
de pareja y posterior vida conyugal, entendiéndola siempre cimentada en el amor,
que significa dar antes que recibir, primero gozar de la amistad un buen tiempo y a partir de ello
conocerse, comprenderse y aceptarse mutuamente, con sus defectos y virtudes, evitando hacer vida sexual en el período de noviazgo o enamoramiento,
pues el sexo es una expresión máxima del amor de la pareja que los fusiona en una sola carne; por lo tanto no se puede hacer con cualquiera,
sino con la persona que se quiere
compartir la vida y formar un hogar con hijos, que provienen como frutos de ese
amor. Tanto la mujer como el hombre debe
respetar su cuerpo y no utilizarlo como un juguete sexual del otro, al
final cuando todo pasa y aunque no
tengan hijos porque utilizaron preservativos,
aún así se sentirán utilizados y
luego descartados, asimismo los efectos
psicológicos serán evidentes,
especialmente cuando un día quieran formar un hogar correcto porque al
llegar a la madurez que conceden los
años y la experiencia, se sentirán
indignos por el pasado promiscuo que llevan a cuestas como una impronta en sus
vida.
Por
eso vale la pena esperar viviendo la castidad hasta ese momento del
matrimonio, porque la pareja que llega al matrimonio consolidada, tendrá las
mayores probabilidades de ser una pareja feliz que formará un hogar sano
espiritualmente, con hijos sanos espiritualmente en bien de la sociedad.
Por DEUM MARIAE
Muy buena su apreciación sobre este tema , muy poco tocado en relación a la moral cristiana que exige la pureza y la castidad en la generación de jóvenes ahora tan promiscuos en lo sexual definiéndose después como una de las plagas anti-vida que enfrenta la sociedad moderna.
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