¡NO AL ESTADO LAICO!
Por : Lic. Martha Tenorio
Pensaba
que ya estaba acostumbrada a las reflexiones del Papa Bergoglio, quien sorprende por su postura
polémica o ambigua a la Sagrada Tradición y Magisterio Católico, especialmente luego de su afirmación de que no
existía un Dios católico; lo que al respecto deberé diferir del Obispo de Roma,
pero no sin un fundamento. Dios sí es católico, aunque no se le señale
con esa denominación en los documentos magisteriales de la Iglesia pero sí en
esencia y me referiré a lo que uno de los primeros Padres de la Iglesia, San
Ignacio de Antioquía (106 D.C.) refirió que, “…donde está Jesucristo está la Iglesia Católica”, significaba que la
Iglesia de Cristo es Iglesia Católica, la instituida por Dios para todo el orbe
mundial como única, auténtica, por ser la poseedora de la Verdad revelada,
quedando fuera toda religión o doctrina que el hombre pudiera idear. Católico
significa universal, pero no solamente universalidad de conjunto, sino una
universalidad respecto a la amplitud de quien va dirigido y por qué va dirigido
: dirigido al mundo entero, porque siendo la auténtica revelada ya no existe
otra más, y Dios quiere que toda la gente sepa esta verdad, como señala en san Mateo 28:19-20, "Vayan y hagan discípulos en todas las
naciones...enséñenles a cumplir todo lo que les he ordenado; además yo estaré
con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo." Luego pues, el Dios Verdadero es
Católico; porque Nuestro Dios se da a
conocer al mundo entero y ha encargado a su Iglesia que lo siga dando a conocer
a través de los tiempos y generaciones. No es una denominación pero sí una
idiosincrasia de Dios, a lo que el Papa Bergoglio no quiere decir por no
incomodar a sus amigos cismáticos pancristianos y de otras religiones
haciéndoles creer que todos creen en el mismo Dios, aunque lamentablemente eso
dista de ser verdadero, pero eso corresponde a otro tema por desarrollar.
Hace
algo más de un par de meses regaló otra temeraria reflexión que si me
impresionó enormemente por el significado en su esencia y las consecuencias en
la sociedad católica actual. El
16.05.2016 se publicó como noticia las manifestaciones del Papa Francisco dada
a una revista católica francesa La Croix. "Un
Estado debe ser laico. Los Estados Confesionales terminan mal. Esto va contra
la Historia. Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice
la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar", si bien ha
advertido de las "exageraciones" de Francia en laicidad que
provienen, a su juicio, de considerar las religiones como una
"subcultura". Considero que esta frase ha sido más bien mencionada a
fin de rebajar el golpe de la primera manifestación.
Cuando
se define un Estado Laico, se puede concretamente señalar como un Estado donde
las autoridades políticas no se
adhieren públicamente a ninguna religión y ninguna creencia religiosa y ninguna influye sobre la política nacional. Sin embargo, un Estado No Confesional es aquel que no
tiene una religión propia como religión oficial, pero respeta el derecho a la
libertad religiosa de sus ciudadanos,
que pueden tener una religión u otra, o
no tener ninguna, y ejercer sus creencias religiosas dentro del orden
público, a todas las religiones considera iguales y escasamente influye en la política nacional la religión de la mayoría siempre que no afecte los intereses de las autoridades más predominantes. En la práctica actual se ve más
el Estado no confesional, pero en el
caso de hablar propiamente de un Estado laico, es una situación peligrosa
porque al no haber adherencia a ninguna religión, sus políticas de gobierno toman total posición amoral o
incluso inmoral, lo que puede conllevar a una degeneración de todo tipo de costumbres
dentro de una sociedad y a una política de Estado de permisividad o también por
otro extremo llevarse a cabo arbitrariedades.
¿Debe
entonces existir el Estado Confesional, al contrario de lo que puede opinar el
Obispo de Roma? considero que sí debe existir y no debe terminar mal; lógicamente
siempre y cuando se trate de un Estado Confesional Católico, porque no se puede
igualar las religiones de otra índole con la única y auténtica que proviene del
Dios Único y Verdadero; y ahí es el
meollo del problema, porque al parecer el Papa Francisco quiere en un espíritu
“ecuménico” si se puede denominar así, quedar bien con todas las religiones y a
fin de que no exista un desacuerdo entre ellas y que ninguna se oponga a la
otra, la salida más rápida es pronunciarse en favor del estado laico, sin
embargo con esta conjetura se deja sin oportunidad de que las naciones que lo
consideren necesario puedan convertirse en confesionales católicas.
Un
Estado Confesional Católico garantiza los elementos que constituye un estado : tradición,
ideales, lengua, religión, pues la fe está imbuida en todos esos elementos, y es que la fe católica ha ido constituyendo
la formación de una nación a través de
la evangelización en los pueblos permitiendo la integración de la
comunidades y consolidando así los principios e ideales de amor a la Patria y
su historia. Un estado que garantiza por tanto el orden, contando con un marco
jurídico donde debe prevalecer la justicia, que es el balance de equidad y
misericordia, tal como Cristo lo manifestó : “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mc.
12,17); es un estado que garantiza la moral de su sociedad, donde las virtudes
y valores no sean considerados un mero subjetivismo que puede invertirse al
antojo, sino como pilares fundamentales de formación de la personalidad
individual del sujeto, a fin de que alcance su progreso y bienestar del mismo además de constituir una familia funcional; un estado que garantice una política social y económica
en búsqueda del progreso del individuo y sus familias, con un trabajo de
remuneración justa, más tiempo que pueda
dedicar a su hogar y estudios que permitan su capacitación a fin de mejorar
su nivel laboral; un estado que garantice la educación en los niños y
adolescentes, que cuente con instrucción no solo científica sino formación
moral cristiana, de modo que los niños y niñas al crecer se conviertan en
individuos útiles para la sociedad que formen familias virtuosas.
Un
estado confesional no necesita combatir otras concepciones religiosas pero
tampoco las promueve, porque la política del estado católico es trabajar con la
Iglesia y promover su doctrina social, que
es la más perfecta en su visión sobre el progreso social, que es la visión
cristiana de la sociedad, por lo cual combate por sí misma contra las
aberraciones del denominado mundo moderno, sus antivalores, y todo tipo de
degeneraciones que bajo el nombre de libertad o liberalidad lo único que han
estado consiguiendo es la destrucción de los matrimonios, de las familias, de
la juventud, al promover la lujuria, la homosexualidad, el aborto, la eutanasia
hasta la eugenesia, así como demás excesos y perversiones con lo que el hombre
materialista y hedonista busca satisfacer
su egoísmo, avaricia y orgullo dando como consecuencia su soledad, su depresión y finalmente su
destrucción y/o muerte. Esto no
solamente es una suposición puede verse en países que han dejado de lado su
confesión religiosa bajo una supuesta libertad de credos e ideologías: España,
Alemania, Francia, incluso EE.UU. cuya decadencia moral es notable y se traduce
en sus crisis económicas y sociales.
La
decadencia moral de un pueblo, deviene en la decadencia de su orden social y
económico. Es un axioma social, debido a que el hombre sin virtudes y valores,
destruye su vida, su propia economía y su función social. Y esto es el producto de un Estado laico, por lo cual difiero con
todo respeto de usted, Papa Francisco.
Antes de la desgraciada independencia del 1821 , el Perú que no era una repúbliqueta masónica sino un Virreinato de hecho y obviamente CONFECIONALMENTE CATÓLICA.
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