LA CONSAGRACIÓN MARIANA
LA CONSAGRACIÓN MARIANA
por Lic. Martha Tenorio Azaña
GENERALIDADES
La palabra Consagración etimológicamente se refiere a hacer sagrado una cosa o persona, y en términos generales significa dedicación, ofrecimiento, dar, entrega, oblación. Para entender este sentido. Cuando hablamos que tal señora está consagrada a su hogar, o tal joven está consagrado a sus estudios, denota la entrega o dedicación de ese alguien a aquellos aspectos de su vida de manera tan prioritaria, que puede entenderse que esta entrega no es de una parte de su vida sino que indica implícitamente que es de manera total, de forma absorbente y duradera, de modo que ha hecho de ese aspecto de su vida, toda su vida y como algo es sagrado para una persona cuando da prioridad e importancia por encima sobre todos sus aspectos o quehaceres, entonces en los casos mencionados sea comprensible que las personas le den ese carácter a sus labores.
En el sentido eclesiástico, la consagración es la dedicación más inmediata y exclusiva a Dios y en esta perspectiva existe una sola consagración : el Sacramento del Bautismo, por la cual quedamos íntegramente dedicados y consagrados a la Santísima Trinidad, convirtiéndonos en templos del Espíritu Santo. Iluminemos esta definición con las Sagradas Escrituras :
"Por la gracia santificante que se nos infunde nos hacemos partícipes de la naturaleza divina (2 Pe 1, 3-4). "¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros y habéis recibido de Dios y que por tanto no os pertenecéis.?" (1 Cor. 6-19). "Considerando que habéis sido rescatados de nuestro vano vivir según la tradición de vuestros padres no con plata y oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo" (1 Pe 1,18).
Entonces podría pensarse que si un cristiano continúa viviendo en la gracia bautismal alimentándose de la Eucaristía, no necesite realizar ningún acto de modo especial de consagración, sin embargo cuando se practica esa vivencia espiritual de unión con Dios, habrá un llamado al corazón por manifestarlo así, de renovar esa consagración bautismal en un acto de renovación lleno de amor y de pertenencia correspondiendo asi a todo el amor que Dios nos ha dado todo, no reservándose nada a su pueblo, dándonos no solo la vida, sino su Redención, su carne, sangre, alma y divinidad en la Eucaristía como alimento, la Vida Eterna y por supuesto su propia Madre como nuestra. ¿Acaso no merece este gesto de amorosa gratitud a Quien se lo debemos todo?, de ahí que muchos cristianos se animen a hacer ésto, decidiendo el cómo hacerlo de acuerdo a su vocación que tenga dentro de la sociedad expresado en el estado de vida que elija; en consideración a eso debemos conocer que existen estos tres tipos de consagraciones :
1. Consagraciones Litúrgicas : Son las que Dios mismo por medio de su Ministro y que afectan al ser de la persona. En esta tipología se encuentran los tres sacramentos : El Bautismo, La Confirmación y el Orden Sacerdotal. Las tres marcan para siempre con un sello sobrenatural de carácter indeleble, su alcance es más trascendente que un vínculo moral o jurídico.
2. Consagraciones Religiosas : Son realizadas en un acto litúrgico con Ministro de Dios y ritual propios como son las consagraciones de religiosos o religiosas de monasterios. Es un avance más de la consagración bautismal y son en función de un servicio. Se realizan a fin de conseguir un fruto más abundante de la gracia bautismal, tratando de liberarse de los impedimentos que podrían apartarle de la perfección evangélica y por eso se consagran al divino servicio a través de la profesión de los consejos evangélicos.
3. Consagraciones Privadas : Son actos no litúrgicos de reafirmación de la primera consagración bautismal, y son fruto de la libre y amorosa determinación del individuo que desea entregarse a sí mismo y todo su mundo que le rodea por amor a Dios. A diferencia de las anteriores pueden renovarse innumerables veces y no requieren de ningún voto y tampoco son sacramentos. Este el tipo de consagraciones que los laicos pueden acceder y son recomendadas por la Iglesia. Tienen dos modalidades : personales y colectivas, dependiendo la circunstancia y el objetivo por el que se realiza. Entre los tipos de consagraciones que tenemos, aunque no únicamente, son principalmente : al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María. Pero hoy nos dedicaremos a hablar sobre la Consagración Mariana.
LA CONSAGRACIÓN MARIANA
La espiritualidad mariana es una forma de vivir que el cristiano adopta tomando como modelo a la Inmaculada Madre de Dios y la forma más perfecta de vivir esta espiritualidad es realizando la consagración a Nuestra Señora, como un reconocimiento amoroso de su dignidad de Madre de Cristo y nuestra.
La Consagración a la Santísima Virgen es el libre compromiso u obligación amorosa de imitar en todo a María Santísima y a conformar su comportamiento y vida con las de Ella para así vivir en mayor intimidad con Jesús a fin de interiorizarse más en el misterio de Cristo, siguiendo los consejos del Papa Pablo VI que dijera alguna vez : "El conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María, será siempre la llave de la exacta comprensión del misterio de Cristo y su iglesia".21.11.1964.
Si comprendemos que la Santísima Virgen ocupa un importante puesto en la historia de la Salvación y por supuesto en la Iglesia de quien es Madre Espiritual y colaboradora para que nosotros sus hijos alcancemos las gracias del Espíritu Santo, podrá entenderse porque la Consagración Mariana conlleva a adentrarse en una íntima comunicación espiritual con la Santísima Virgen para vivir más íntimamente con Jesús y configurar nuestra alma con la Suya al punto de poder decir Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí por medio de María.
En el Vaticano II se considera el papel sobre eminente que tiene la Santísima Virgen en la vida de la Iglesia, la prerrogativa de ser la Madre de Dios la eleva a la categoría y dignidad más alta existente casi infinita en razón a la dignidad infinita de su Hijo Jesucristo aunque a la vez cercana a los seres humanos, por ser Madre nuestra en orden de la gracia dada a nosotros por el mismo Cristo en la Cruz.
Características de la Consagración a la Santísima Virgen
a) La Consagración Mariana es ponernos en las manos de María Santísima y a su entera disposición para que nos guíe hacia Jesús.
b) La Consagración Mariana ayuda a vivir un cristianismo auténtico, al tomar como modelo a María Santísima primera discípula de Jesús.
c) La Consagración Mariana es un recordatorio del sello recibido en la primera consagración que recibimos en el Bautismo.
d) La Consagración Mariana es un acto de donación personal, libre, consciente, universal y perpetua.
- Donación personal : Nos ofrecemos para que Ella gobierne nuestra vida, le pertenecemos y a través de Ella al Señor.
- Libre y consciente : Es un reconocimiento amoroso a Dios a quien le pertenecemos y reafirmamos libremente nuestro compromiso.
- Universal y Perpetuo : Significa que se extiende para toda nuestra vida y a todos los actos que realizamos en ella.
Quien mejor sintetiza el sentido de la Consagración Mariana es San Luis María de Montfort que lo pone en cuatro premisas :
- Vivir en María
- Por María
- Con María
- Para María.
VIVIR EN MARIA : Significa ponernos en el lugar de la persona de la Santísima Virgen en los actos que realizamos en la vida, es decir revestidos con sus mismos sentimientos, siguiendo y secundando sus inspiraciones unidos a los afectos de su Corazón Sacratísimo, volcado hacia Dios y a la humanidad.
VIVIR POR MARIA : Vivir confiados en su gran intercesión, sintiendo su influjo espiritual en nuestras almas.
VIVIR CON MARIA : Es decir en comunicación espiritual con Ella, llevando en nuestro interior su imagen materna que nos acompaña, sentir que la tenemos junto a nosotros con su corazón materno que nos alienta y anima.
VIVIR PARA MARIA : vivir en obsequio de nuestra Madre honrarla y venerarla para honrar a Dios, recorrer las etapas de su vida como camino para llegar a Jesús.
LA CONSAGRACIÓN MARIANA PARA ESTE TIEMPO ACTUAL
La Consagración Mariana en la Iglesia se ha practicado desde épocas remotas, no obstante en los primeros siglos no aparecen fórmulas de consagración.
El Papa Pablo VI recuerda a San Ambrosio que en el S.IV aconsejaba a los fieles a vivir en María y con María: "Bien pronto comenzaron los fieles a fijarse en María, para como Ella hacer de su propia vida un culto a Dios y de suculto un compromiso de vida". Ya en el S.IV San Ambrosio hablando a los fieles hacía votos para que en cada uno de ellos estuviese el alma de María para glorificar a Dios: "que el alma de María esté en cada uno para alabar al Señor, que su espíritu esté en cada uno para que se alegre en Dios".
Asimismo en 1942,el Papa Pío XII hace una consagración mariana del mundo. Decenios más tarde el Papa Juan Pablo II consagra al mundo al Inmaculado Corazón de María el 25 de Marzo de 1984.
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