UN ENFOQUE SOBRE LA MISA DE RITO EXTRAORDINARIO
UN ENFOQUE SOBRE LA MISA DE RITO EXTRAORDINARIO
por Lic. Martha Tenorio A.
En esta semana durante mis clases de liturgia en la facultad de teología, escuché al presbítero que nos enseña, ciertas frases cargadas de sarcasmo despectivo que conlleva a vincularlas contra quienes promueven la Misa de rito extraordinario, así como los gestos que son parte de la sagrada tradición, diciendo :- “A mí me gusta el latín, incluso rezo algunas oraciones de esa lengua, ¡pero no venga un grupo de ignorantes a decir que es la que se debe usar (refiriéndose a la Liturgia de la Misa) por ser la lengua más antigua de la Iglesia. ¡Por si no saben la lengua más antigua usada en la Iglesia fue el griego!. - Asimismo hay quienes le gusta recibir la comunión en la boca, ¡pero no vengan a decir un grupo de ignorantes, que los que reciben en la mano están bajo pecado, por que la Virgen lo ha dicho en sus mensajes!.Además durante 10 siglos lo ha recibido en la mano y bueno, si alguien dice que ha recibido algún mensaje de la Virgen, eso es el rollo entre el vidente y la Virgen, pero no tiene por qué darlo a los demás. Es como si se me acercara una señora y me dijera porque siempre uso mi chalina, la Virgen me ha dicho que no use esa chalina en su cuello, yo me limitaría tal vez a escucharla, pero ¡ni caso le haría!- .
He anotado cada frase al escucharla, la verdad es que me impactó que viniendo de un sacerdote ilustrado, pudiera manifestar un total menosprecio a lo que hasta hace 48 años la Iglesia había practicado, y más aún, etiquetando de “ignorantes” con tanta énfasis, a quienes defienden que se promueva la Liturgia Tridentina (Liturgia hablada idioma latín) que aún subsiste ya que ésta nunca podrá ser abolida, y que actualmente se le denomina “rito extraordinario”. Por esta vez, habré de enfocarme en este cuestionamiento, aunque también lanzó el mismo epíteto a quienes defienden la comunión en la boca y los mensajes marianos privados.
He tenido oportunidad de leer escritos y hasta escuchar a aquellos, varios de ellos sacerdotes, de quienes el preclaro presbítero se ha referido como “grupo de ignorantes”, y puedo asegurar que no he escuchado a ninguno referirse que el latín es el idioma más antiguo de la Iglesia, pues ellos saben que fue el griego, pues hasta los Evangelios fueron escritos en ese idioma. Sin embargo,sí llegó a ser el idioma oficial de la Iglesia más antiguo como también único. La Misa en latín se usó en los primeros siglos de la Iglesia, desde el siglo III, pues era idioma vernáculo del mundo antiguo de entonces, pero en el siglo IX los Padres de la Iglesia ya lo establecen como idioma propio de la liturgia, cuando el latín se había convertido en una lengua muerta para la sociedad al existir otros idiomas que iban extendiéndose en el mundo.
Cabe entonces preguntar : ¿Acaso la Iglesia de Cristo durante esos siglos no ha sido guiada por el Espíritu Santo al permitir que la Santa Misa, fuente de vida de los cristianos, sea rezada en latín a partir del siglo V hasta más allá de la mitad del siglo XX? Debemos entender que cuando los Papas de esos tiempos establecieron que la Sagrada Liturgia de la Misa fuera ofrecida en latín, y la afirmaron más tarde en un Concilio (Trento) y encíclicas, ¿no fue por guía del Espíritu Santo?, entonces, tal vez ese presbítero está diciendo que el Espíritu Santo en estos casi veinte siglos,¿nunca guió a la Iglesia en su delicada tarea de encontrar su identidad en la dimensión completa de la Sagrada Liturgia que es el centro de nuestra fe, o peor aún, ¿es que el Santo Espíritu se equivocó?
Cuando Jesucristo otorgó a San Pedro su primacía sobre la Iglesia, aseveró que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt. 16,18), también prometió al Espíritu Santo para que guie suIglesia : “Yo os digo la verdad : os conviene que yo me vaya, porque si no me fuere, el Consolador no vendrá a vosotros, pero si me voy, os lo enviaré…. Muchas cosas tengo todavía que deciros pero no podéis ahora recibirlas.Pero cuando venga el Espíritu de la verdad,os enseñará toda la verdad, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque recibirá de mí y os anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío, por eso he dicho que recibe de mí, y os anunciará” (Jn 16,7.12-15). Entonces como católicos no podemos dudar de las palabras de Jesucristo sobre la guía del Espíritu Santo, quien a través del tiempo ha conducido a la Iglesia a descubrir los conocimientos teológicos que le han permitido profundizar en los sagrados misterios de la Misa, herencia perpetua de Nuestro Señor,
El uso del griego en la Iglesia se inició en el siglo I porque era el idioma común del Imperio Romano y continuó hasta parte del siglo III; el acto penitencial Kyrie Eleyson (Señor ten piedad) es un ejemplo de prueba de que se usó está lengua. La Misa celebrada en sus inicios se encuentran en los escritos de San Justo que data del 150 D.C. y de San Hipólito en el 215 D.C. Pero luego el idioma latín reemplazó al griego como lengua oficial del Imperio Romano y se le empieza a usar en la Misa en el año 250 D.C.; de modo que el Canon de la Santa Misa en latín estuvo completo en el año 399 D.C.
Pero entre el siglo VII al IX el latín dejóde ser lengua vernácula, pues se desarrollaron otras lenguas en el mundo, sin embargo la Santa Misa siguió ofreciéndose en latín, pues mucha de su Liturgia había sido creada en ese idioma, además los pormenores de las antiguas liturgias se asemejaban a la Misa en latín en sus detalles esenciales y; considerándose que las palabras usadas en un idioma varían de significado de un lugar a otro, incluso en su esencia al traducirlas, entonces también podría afectar riesgosamente la interpretación del sentido original de la Liturgia, por lo que los Santos Padres de la Iglesia providencialmente vieron innecesario adoptar las nuevas lenguas vernáculas, de modo que el latín sirvió como medio de comunicación en la Iglesia durante siglos, convirtiéndose en el idioma oficial de la Iglesia. Hasta hoy, todo documento de la Iglesia llámese Bulas, Encíclicas, Cartas Apostólicas, Motu Proprios de los Papas, y otros documentos oficiales del Vaticano, se escriben en latín pues como idioma puro permite su exacta interpretación. Siglos después con mucha razón diría el Papa Pío XII :“el uso del latín es una señal hermosa y manifiesta de la unidad, así como un antídoto efectivo contra cualquier corrupción en la verdad doctrinal” (Encíclica Mediator Dei).
Asimismo, San Pío V, luego del Concilio de Trento que fuera entre 1545 y 1563, unificó toda la Liturgia de la Iglesia en cuanto a las Lecturas, tiempo de homilía y otros detalles; ordenándola y estructurándola bajo un “Ordo” (orden) de modo que toda la liturgia fuera inmutable con el correr de los siglos, asegurando así la unidad en el culto católico y evitar disparidad de rito. La Bula “Quo Primium Tempore”no solo declaró que había de mantenerse la Misa permanentemente inalterable sino también prohibió la introducción de nuevas liturgias en la Misa. Actualmente se le llama Misa de Rito extraordinario o Misa Tridentina, porque se reafirma totalmente a consecuencia del Concilio de Trento, para diferenciarla así de la Misa del Nuovo Ordo que se estableció en 1965, luego del Concilio Vaticano II.
Algunos aducen que el idioma latín obstaculiza la comprensión de los ritos en la Santa Misa Tridentina, pero existen Libritos Misales muy didácticos con traducción de lo que dice el sacerdote, no obstante en lo personal, no siento tanto la necesidad del Misal, pues los gestos rituales del sacerdote expresan mucho y el silencio evidencia un clima místico que permite la elevación del alma a los sagrados misterios y se puede también seguir la Santa Misa sólo mirando en silencio, como la Santísima Virgen al pie de la cruz, tal como un sacerdote me lo reafirmó. Las veces que he participado han sido muy edificantes, me ha permitido escuchar con mucha atención la Palabra de Dios, la cual sí es proclamada en lengua vernácula, en este caso el castellano,así como tener una verdadera abstracción que la percibo con sublimidad durante la Misa, lo cual no lo he sentido así en la Misa de rito ordinario, sea por la música estridente en algunas partes de ella especialmente durante y después de la comunión, también por la proclamación incorrecta de las lecturas por parte de varios laicos u otros aspectos.
Las personas que hemos tenido la experiencia de la Misa Tridentina es muy bella, y estoy plenamente segura que continuará extendiéndose cada vez más en las Parroquias, pues hay sacerdotes que están interesándose por aprender a celebrar la Misa en latín. Por ejemplo en la Parroquia San Marcelo de Lima se celebra el primer domingo de cada mes a las 10 y 30 a.m, y en la Capilla del Niño Jesús de Praga en el distrito de Jesús María, se hace el último sábado y domingos de cada mes, a las 11 a.m.
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